Como no recordarlos, cada uno con su carácter, el compinche que te hacia un guiño cuando llegabas sobre la hora, el estricto al que no se le pasaba una. Cada uno de ellos nos dejó una enseñanza y un modelo.
Como no recordarlos, cada uno con su carácter, el compinche que te hacia un guiño cuando llegabas sobre la hora, el estricto al que no se le pasaba una. Cada uno de ellos nos dejó una enseñanza y un modelo.